Aunque su camino inició en Química Industrial por cosas de la vida cambió su rumbo y hoy se gradúa de Licenciatura en Tecnología, Diego Gañán Valencia construyó un proceso formativo marcado por la pandemia, la radio universitaria, la comunicación institucional y los vínculos humanos. Hoy, en el día de su graduación, celebra un camino que lo formó no solo como profesional, sino como persona.

Nacido y criado en Pereira, la historia de Diego Gañán Valencia es la de un recorrido que se transforma, se adapta y encuentra sentido en medio de los cambios. Su ingreso a la Universidad Tecnológica de Pereira no fue lineal: inició estudiando Química Industrial, pero por circunstancias de la vida tuvo que pausar ese camino para posteriormente, ingresar a la Licenciatura en Tecnología.

Sus primeros semestres transcurrieron de manera virtual, entre pantallas, y la pandemia. Sin embargo, tras tres semestres, la universidad volvió a abrir sus puertas y con ello llegó una experiencia que marcaría su vida.

Para Diego, la universidad fue mucho más que asistir a clases. Fue un espacio de formación donde los proyectos académicos, el contacto con los profesores y la convivencia diaria fueron moldeando su visión del mundo y su proyección laboral, se reconoce profundamente agradecido con las personas que hicieron parte de su camino universitario y con la ciudad que lo vio crecer.

“Me siento muy feliz de poder tener este título después de tantos esfuerzos. Agradezco a mi familia, a mi mamá, a mi papá, a mis compañeros y a todas las personas que hicieron parte de este proceso. Estoy agradecido con la vida por esta oportunidad”.

Una de las etapas más significativas de su paso por la universidad fue su experiencia en la emisora institucional. Allí descubrió y fortaleció su pasión por la comunicación y la radio.

“Viví mi experiencia en la emisora de la universidad, donde estuve aproximadamente dos años haciendo el programa ‘Enfokados’. Aprendí muchísimo junto al profesor John Harold Giraldo; fue una experiencia inolvidable”, señala y fue gracias al docente que su vida tomó otro rumbo, ya que a esto se sumó su práctica profesional en la Oficina de Comunicaciones, un espacio que, según Diego, fue para su crecimiento personal y profesional.

“Me encontré con un equipo excelente, aprendí demasiado. Allí conocí personas maravillosas como Mauricio Toro, a quien considero un profesor de vida, porque me ayudó a entender muchas cosas del mundo laboral y de la vida misma, realmente agradezco profundamente a la oficina de comunicaciones por esta oportunidad de mucho aprendizaje”, manifiesta con inmensa gratitud.

Diego también resalta el acompañamiento que la Universidad como institución brinda a los estudiantes, desde los apoyos económicos hasta el respaldo humano durante el proceso académico. “Son procesos que la universidad le brinda a uno y que realmente ayudan a forjar el futuro”, afirma.

Al mirar atrás, después de tantos años de su ingreso, hoy, en el día de su graduación, celebra con emoción en su corazón un logro construido con esfuerzo, desvelos, muchas sonrisas y agradece a todas las personas que lo acompañaron durante este camino.